Resumen:
El Perú es un país multicultural por excelencia. Dentro de este conviven diferentes
culturas que actúan híbridamente debido a los constantes intercambios
que existen entre sus portadores. Con el transcurso de los años no solo se
ha logrado un intercambio entre culturas pertenecientes a un mismo territorio,
sino que expresiones de distintas partes del espacio global han logrado
establecer un punto dentro de la sociedad peruana. A este proceso cargado
cultural y económicamente, lo conocemos como globalización.
La globalización ha permitido que expresiones e industrias culturales de
lugares ajenos al nuestro puedan ubicarse dentro de un espacio y apropiarse
de este. Expresiones tan distantes como las de la cultura asiática aterrizan en
Sudamérica y crean nichos de jóvenes que las ejecutan como si fueran propios
de ellos. El Pop Coreano o K-Pop es uno de los fenómenos culturales que
más impacto ha logrado conseguir en un sector de la juventud.
El K-Pop surge a fi nales de los 90s en Corea del Sur, pero no es hasta casi
mediados del 2008 que logra su internacionalización fuera de los territorios
asiáticos. Grupos como TVXQ, Super Junior y Big Bang fueron los principales
exponentes que lideraron una de las Hallyu Wave (ola coreana) más
importantes en el reconocimiento de este género musical.
Debido a este boom es que el K-Pop llega a ser conocido en nuestras tierras
y llega a construir poco a poco una gran base de fans. Sin embargo, hay que reconocer
que no solamente fue el boom quien los hizo conocidos, sino las
telenovelas coreanas que pasaban en el Canal 5.
Los grupos de jóvenes se ven inmersos en este imaginario que logran adaptar
este estilo a su vida cotidiana. Los grupos de pop coreano acompañan sus
canciones con coreografías sincronizadas y originales. Como avance de nuestra
investigación, hemos logrado identifi car que este es un factor que atrae a
los jóvenes que buscan imitar a sus artistas o, mejor dicho, ídolos.
El baile se ha vuelto una rutina y una pasión para estos jóvenes, ellos no lo
practican en una academia o salones de baile especializados; más bien retoman
a los viejos espacios de socialización como las plazas, parques y veredas
del barrio. El Parque Mariscal Castilla, ubicado en Lince, es el punto de encuentro
más grande de K-Poppers (término creado por ellos y la comunidad
online) que se reúnen para coreografi ar y aprender los pasos de sus grupos favoritos.