Resumen:
Escribo este artículo desde Bangui, capital de la República Centroafricana, donde me encuentro en misión. Llegué al África el 2000, después de muchos años de dedicación a la comunicación para el desarrollo en América Latina. Los países de esta región donde había trabajado habían alcanzado un nivel de desarrollo que les permitía hacer, a través de las instituciones públicas, mucho de lo que antes hacían los proyectos de cooperación internacional. De hecho, ese es un cambio importante: cuando el país se apropia de su desarrollo y lo hace por sí mismo.